
esposa del Conde y hermana del Obispo llega invitada , a la casona de
Don Bejarano .
Una atrevida mulata , le sale al paso para ayudarla a bajar del carro
lujosamente ataviado.
El porton se abre y la invitada entra al lujoso salon, donde una mesa luce
con mantel adamascado y la vajilla de plata y porcelana .
Frutas, agua fresca y fuentes de recien horneados bizcochos.
Trinidad es recibida señorialmente por sus nobles vecinos.
Don Bejarano, bien trajeado y mucho empaque la saluda
ceremoniosamente.
En la sala, luce una de las paredes , el estandarte del Rey.
Isabel , entra a la sala y se acerca a Doña Trinidad que reia de las
bromas de Don Bejarano, acercandole una fuente llena de bollitos
aromatizados con canela y anis.
Sin embargo la belleza de Trinidad hechizo a Don Bejarano y eso molesto
a Isabel.
La mulatilla llega a la sala y le susurra a Isabel unas palabras al oido.
Isabel , pide las disculpas y se retira a la cocina, seguramente a traer
mas ricos dulces.
Alli , la negra cocinera de la familia y noble esclava ,abastece de pasteles
, mazapan, torrejas y los coloca en una fuente de plata acompañados de
licor y vino.
De regreso a la sala , encuentra a su marido con su mano entrada en el
escote de Trinidad , mientras ella acaricia el sexo de Don Bejarano.
La verguenza la embarga a Isabel y sin dar la espalda camina hacia atras
y mira como el , levanta la falda de ruidosas telas y pasa su mano entre
medio de las piernas de Trinidad.
Una fuente cae al piso y es alli que Don Bejarano observa a su mujer que
se halla en la penumbra y asombrada.
El esta exitado y Trinidad no se percato de aquella presencia, lo que
continua tocando desenfrenadamente el sexo de Bejarano.
Aquel , en medio del estupor y queriendo avanzar sin lograrlo se resbala
encima del manjar real y las empanadas flamencas.
Todo tan estetico quedo en el suelo y menudo avispero se armo.
Porque la mulatilla huyo y gritaba la pobre con fuerza tornandose aun mas
la cuestion en una causa de diversion para el populacho que pronto se
enteraria.
Isabel corrio a la mesa de la cocina y tomando un enorme cuchillo y con
animo belicoso corrio a Trinidad y su marido alrededor de la mesa antes
ricamente ataviada y el piso era un mar de turbulenta masa y azucar.
Las buenas cualidades de Don Bejarano y la bella esposa del Conde que
parecia una gentil dama de alcurnia, quedo ensombrecida porque Isabel
era diestra en las lides de la brida y jineteada y con el cuchillo se lucio.
Le corto a el el cinto y en calzones quedo su pobre marido...
Continua mi relato mañana.
Eloisa
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Eloisa