" Las Viudas "

" Las Viudas "
acuarela sobre papel de arroz de alto gramaje

Ópera Gothika , último capítulo.


Dedicado a Alberto Aguilera Valadez . 
Juan Gabriel.



Arde la Galaxia a modo de  exhalación ;
 los esqueléticos caballos ,  marchito el cuero y sus crines pierden el pelaje , disolviendo la belleza y esplendor de la pelambre en el largo recorrido.


 Y en la noche de los tiempos...
Un tétrico carruaje se infiltra en etéreo y mefistofélico cono oscuro.
Solo las chispas arrancadas de las herraduras de
los corceles , iluminan la angosta y penosa travesía .
Doña Sangre va descuajando palabras; son condenas e involucran a quienes usurparon la sangre de su sangre.
Don Furia , con tono oscuro, escupe blasfemias.


La piel , de Doña Sangre , se va agrietando y cada trozo del rostro se fragmenta.
 Ni gotas se escurren de sus lagrimales. Sus bellos ojos, ahora secos, están recorridos, por arterias rojizas , irritadas por el enfado.
Está seca pero está henchida de cólera. El rencor la abastece de energía . 
Una salvaje alimaña furiosa se asoma a la ventanilla del carruaje y le parlotea de los méritos y los perjuicios.
Le deja el mensaje vibrando pero sin ser percibido.
- No derrames tu sangre , le dijo el animal , cada migaja de padecimiento que elaboras en tu mente insaciable , volverá a tu ser y nada quedará de tu eterno amor.

Pero Doña Sangre persevera ; aunque poco queda de ella y de Don Furia.
Se establecen en un sector , sus mentes , donde no  alinean  referencias a sus creaciones mentales enfermizas...
Sin embargo a lo lejos , se puede evidenciar que sombras oscuras, brumosos filamentos con tintes quejosos se avecinan y como un soplo están encima, envolviendo el carruaje.
El carruaje acelera en manos del servidor y los escuálidos corceles apresuran el trote.
Doña Sangre toma la decisión de desviar al carruaje por otro trayecto y Don Furia prestó atención a sus palabras y con celeridad , sale del carromato y el torbellino de elastizadas estructura fantasmales, lo lanzan con vigor , hacia el camino que a la zaga recorrieron.
Vuelve el rostro Doña Sangre a su esposo Don Furia y le lanza un alarido de cólera , pero ya era demaciado tarde.
.Se hace un espacio en el Cosmos.
Aquel hombre volvía a tierra , como un pájaro espiritoso.
Iba desplomando su cuerpo casi desvaído , pero los torrentes y corrientes borrascosas, aglomeran 
desperdicios de manantiales purulentos que abastecidas por almas de sórdido sonido, sus espíritus contaminan el oxígeno.
Los maleficios quedaron en la travesía y Doña Sangre se ha desvanecido con tanta atmósfera creada por ella misma.
Don Furia a medida que se le transfiere átomos , su figura se van cincelando a medida que desciende y al tocar tierra, su cuerpo se proyecta en una luna de cristal de movimientos ondulantes, vibrantes.
Era el...Don Sombra , que al caer , fue dejando su resentimiento, nutrido por la fobia de Doña Sangre y ahora tiene el cuerpo que en otra etapa tuvo.
Fortalecido, arrogante de pié sobre la tierra de una comarca , desconocida por el.
 En una aldea , de otra época en que los individuos con llagas , sangre y sus ojos rojos en sangre respiran y se abastecen de plasma humano.

El único propósito es salir del aluvión hambriento, famélico.
Logra escurrir su cuerpo en ese torbellino de manos y zaparrastrosas vestimentas.
La mole de carne viviente , recibe la señal de la tentativa de huida y sus gritos son chillidos , gruñidos y se advierte el sanguinario propósito.
No obstante , Don Furia logra escabullirse y se acerca a un cerro y comienza a trepar .
Se aferra a cuanto peñasco sobresale y en una suerte de hueco entre las rocas...comienza a extraer las piedras hasta dejar al descubierto una entrada.
Es una cueva ; se introduce en ella con dificultad , es estrecho, apenas su cuerpo puede deslizarse y continua con tropiezos y paulatinamente la oscuridad se transforma en tenebrosa.
Es dejar, ante lo desconocido, toda referencia de vida ; Don Furia continua tomando la pétrea pared del cerro. 
La oscuridad es total , escuadriña a poca distancia ,  que un halo de nubosidad , escasa  pero es una advertencia expectante.
Lentamente la neblina se manifiesta con tintes rojizo y violáceos y las rocas de la caverna se iluminan en sus puntos vidriados. Unos a otros , esos puntos se enlazan equidistantes y a cada soplo de asombro, Don Furia continua su marcha.
Pero , se abren áreas en que la negrura atrapa absorbiendo su curiosidad. 
Creíble y alucinante creación ante sus ojos , el panorama se descubre entre nieblas y difumadas luces . Estupefacto recorre su mirada un amplio y siniestro espectáculo que alberga en lodo pestilente masa de chocantes formas diluidas en el encharcado y conglomerada descarga de infinitas formas que con el paso del tiempo, fueron destruyendo su original aspecto.
Puede tanta supremacía y lujuriosa mente silenciar el paso del tiempo ?...la exteriorización de palabras escritas , mensajes enviados de hace cientos y milenios de años, ocluir la comunicación entre seres?
Continua marchando sobre tanto estropicio de leyes universales , camina pisando la estima, la lealtad y entre el caos visible su mirada se deposita en un posible recuerdo: era lo que Doña Sangre reclamaba hasta convertirlo en odio.






Allí estaba la evidencia de la aberración , el extravío de lo que Doña Sangre concibió con sus manos como un agasajo a su compañero aliado en viajes interestelares .
Comprendió su odio , su imperiosa presencia hacia la nada y su impotencia para buscar en las dimensiones del Cosmos , el vestigio de su alma.
Y en las profundidades de la tierra , bajo rocas y turbulenta caverna , se encuentra la verdad de Historias enterradas para silenciar al amor, a la misma eternidad  y con ello todo lo bello , esa actitud manipulada, se convierta en duda , dolor , angustia y odio .
La Manipulación, estrategia de almas ensangrentadas, que con sus pactos, hacen alianza.
Ese aberrante mundo, que ha hundido los sentimientos en las profundidades, junto a sus almas al castigo.
Esperan el sufrimiento, con cada ceremonia , ritual de extraer lo bello y condenarlo al olvido.
Don Furia , se apresura para salir del Infierno, aunque parezca que todo lo que vio, para ellos es haber ganado la batalla y están en una gloria que los identifica gloriosos e iluminados.
Llega al Portal y recuerda que la horda puede estar cerca.
Comprende que el mundo ha sido violentado y que escapar iba a ser engorroso . 
Su amor por Doña Sangre era su fortaleza, la resistencia que le da bríos y con ello completaría su viaje.
En el exterior , la humareda se esparce por el aire.
Trepa por las rocas salientes y logra avistar , seres que dejaron de serlo y ahora arrastran sus cuerpos harapientos , sedientos de sangre .
Y Don Furia logra en su mente , arrebatar el pensamiento de Doña Sangre y capte su comunicación como un tormento que tiene como fin , la muerte.
Todo pensamiento tiene rutas y Doña Sangre, a pesar de su envoltorio de desesperanza , su sensibilidad es una cable a la realidad.
Subitamente bocifera al sirviente , que vuelva a la ruta por donde comenzaron.
Y abandona el carruaje el Cosmos para hundirse nuevamente en las atómicas estelas del planeta.
Es una ráfaga el carruaje , ha tomado ímpetu y busca la ruta de la vibración de la voz y clamor de Don Furia y allí va resuelta a rescatarlo.
Por la abertura de la desfigurada carroza, puede observar ,  Doña Sangre que el deterioro del planeta ha tocado el fondo del alma de cada sobreviviente...nada queda ahora.
Circunvalan por encima , como aves voladoras.
Están en otra dimensión, nada ni nadie los puede ver y avistan a Don Furia sobre un cerro , manoteando para que acerquen la carroza.
En pleno vuelo , ella lo impulsa a introducirse al lugar seguro.
Se abrazan y entre medio de tanto bamboleo de la carroza para retomar la ruta y no ser golpeados por la fuerza del mal , ellos comienzan a dialogar y Don Furia le relata los acontecimientos aterradores.
Alejarse de la antigüedad es lo primordial.
 Y las cercanía a la entidad que los unió alguna vez , hace que renazca la lozanía. A pesar que su amado compañero de viaje interestelares ya ha desaparecido del planeta.
Ella tiene la promesa del destino , que volverán a acercarse .
Esa ofrenda que le dedicó ... ya no existe.
Jamás llegó a sus manos y luego el amado compañero, abandonó el planeta .
 Un Planeta que dejó estelas de dolor y el dolor , es sangre y la sangre es vida y estas vidas...alimentan a otras vidas.
Pero pertenecen a Tierra Firme y solo logran convertirse en monstruos.
Esas estelas , fulgurantes entierros de esperanza y amor , han partido a bellos lugares donde reecontrarán lo perdido.




Y yo , te dedico este relato, como ofrenda.
Ofrenda de cariño, amor y respeto a mi querido amigo:
Alberto Aguilera Valadez.
Y esa amistad que es el reposo en su encuentro junto al arte en sus diferentes manifestaciones.


Y recuerda que no hay tristeza , solo las muecas , esconden la sonrisa , el brillo de la mirada y la suavidad del saludo eterno.




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